La votación favorable con una alegría y unos aplausos (prohibidos por cierto para el público) que no se veían desde hace mucho tiempo en ninguna de las dos cámaras parlamentarias. La treintena de víctimas de accidentes y sus familiares que ha acudido a la cámara de la plaza de la Marina Española hace mucho tiempo que no sonreían así. No era para menos.
LA "LEY ANNA GONZÁLEZ"
Cómo ha apuntado uno de los senadores, la reforma debería bautizarse la ‘ley Anna González’, la viuda de un ciclista que hace tres años emprendió la campaña #PorUnaLeyJusta con la recogida de más 250.000 firmas y el apoyo de todo el colectivo ciclista, con los excampeones Perico Delgado y Alberto Contador en el pelotón de cabeza.
Tres años durante los que han tenido que pedalear más cuesta arriba que en el Tourmalet. Subidas sobre todo en forma promesas incumplidas de políticos del todo el arco parlamentario. Al final, la carrera de fondo se había convertido ya en una contrarreloj. Si el Senado tocaba ni siquiera una coma del texto remitido por el Congreso todo se venía abajo como un castillo de naipes por el adelanto electoral. La reforma debía volver al Cámara Baja y no daba tiempo de votarla antes de la disolución de las Cortes. La proposición de ley decaía y habría que empezar de cero, si acaso, en la próxima legislatura.
SÓLO PODEMOS Y VOX SE DESMARCAN
Aunque conocían esta situación, Unidos Podemos, que fue el único grupo que votó en contra en el Congreso, ha mantenido sus enmiendas y su rechazo el Senado. Ha sido el único que se ha desmarcado, junto al senador de Vox, Antonio Alcaraz, que ni siquiera ha votado pese a estar presente en su escaño. Ni si, ni no, ni abstención. No ha apretado ningún botón.
La senadora morada Celia Cánovas ha intentado explicar al público que su grupo no estaba "en contra de la filosofía de la reforma", que lo que no compartía era el grado en que se aumentaban las penas ni la vía escogida. "En la vía administrativa hay posibilidades suficientes de sancionar con dureza", se ha defendido. Esfuerzo vano. Una de las víctimas le ha respondido con un ‘momento peineta’.
SE REVIERTE LA "REFORMA CATALÀ"
Quizás el aspecto más importante del cambio de legislación sea el menos espectacular y el más apreciado por los implicados. En materia de tráfico se revierte la 'reforma Català' por la que el PP eliminó en el 2015 las faltas del Código Penal. Desde entonces, el 90% de los accidentes de tráfico se habían derivado a la legislación civil, donde los heridos y familiares de fallecidos se enfrentan solos a las aseguradoras, sin el apoyo de un fiscal, un perito judicial o de un abogado de oficio tienen la batalla perdida.
El otro gran paquete de la ley afecta a la conducción con "drogas o alcohol", que "quedan definitivamente fuera de la carretera", en palabras del senador de Ciudadanos Tomás Marcos. Si se provoca un accidente mortal habiendo consumido estupefacientes o una dosis delictiva de alcohol la pena mínima será de 2 a 4 años y la máxima podrá alcanzar los nueve años si hay "muchos" fallecidos.
EL QUE SE FUGA LA PAGA
"El que se fuga la paga", también en palabras de Tomás Marcos. Quizás sea el artículo más simbólico de la reforma, el que penaliza con hasta cuatro años el "abandono del lugar del accidente". Es lo primero que hizo reaccionar a Anna González. Ésta empezó a idear su campaña cuando el juez no imputó ningún delito al camionero que dejó tirado en la cuneta a Óscar, su marido, porque la autopsia demostraba que cuando huyó ya estaba muerto. Por esta razón no se le podía acusar de omisión del deber de socorro.
El director general de Tráfico, Pere Navarro, que también aplaudió desde el escaño consideró "muy importante la reforma y también la forma en la que se aprobado". "Cientos de iniciativas ciudadanas quedan en la cuneta pero ésta ha logrado llegar a la meta venciendo todos los obstáculos", destacó.
El Periódico