Además, ha elaborado los Presupuestos Generales del Estado más austeros de la democracia, con un recorte de 27.300 millones de euros, superior incluso al aplicado por los países intervenidos. Todo con tal de ganarse el respeto de sus socios europeos y de los inversores. Y sin embargo, unos y otros no han podido reaccionar peor.
De momento, los mercados nos han situado en la frontera de los países peligrosos, casi al nivel de Grecia. La sensación, según reconocen fuentes cercanas al Ejecutivo, es que nuestros socios europeos nos han abandonado a nuestra suerte, más preocupados por la estabilidad de precios en Alemania. Así, los duros sacrificios que se han puesto en marcha no servirían para nada; al final nuestro país tendrá que pasar, quiera o no, por las horcas caudinas de la intervención de la troika, algo a lo que el Ejecutivo de Rajoy se opone de forma rotunda.
Fuentes políticas cercanas aMoncloa consideran que la falta de apoyo por parte del BCE -suavizada ayer, eso sí, por parte de la entidad, que abrió de nuevo la puerta a la compra de deuda española- podría obligar al Gobierno de Rajoy a tomar una decisión radical: sacar a España del euro. Pero, ¿qué pasaría si nuestro país abandonase la moneda única?
DISTINTAS VISIONES
Todos los expertos consultados por elEconomista consideran que se trata de una opción "traumática", que supondría la muerte del euro. Aunque hay matices. El presidente de Freemarket, Lorenzo Bernaldo de Quirós, opina que ganaríamos competitividad. Si bien reconoce que se produciría una "fuerte fuga de capitales coyuntural, con problemas adicionales para nuestro sistema financiero", también considera que el Banco de España, que recuperaría la política monetaria, podría inyectar dinero.
Para Bernaldo de Quirós, la clave estaría en mantener la ortodoxia macroeconómica combinada con una liberalización de los mercados, una mezcla que atraería inversiones.
Sin embargo, hay una cara menos amable sobre un abandono de la divisa única. Víctor García Romero, profesor del IEB, advierte de que un divorcio de la moneda común supondría un "default automático". "La divisa que España adoptara se depreciaría un torno a un 25-30% y nuestra deuda está nominada en euros, por lo que se encarecería un 20%", explica. En este punto también incide el profesor de la UCM Fernando Méndez Ibisate, pues aunque la devaluación "nos permitiría pagar nuestras deudas, al ser un compromiso en euros, lo pagaríamos más caro".
En términos de competitividad tampoco sería la panacéa. El profesor García Romero admite que el saldo exterior sería algo más positivo, pero advierte de que España no es un país exportador como Alemania, por lo que no sería suficiente. En este punto difiere Ibisate, quien admite que España sería algo más competitiva al ser más barata, pero puntualiza: sería algo"momentáneo".
FUGA DE CAPITALES
Para Fernando Fernández, profesor del IE Business School, no hay matices. En su opinión, dejar el euro "no es una opción", sino que sería "condenarse a una catástrofe". Para empezar, se contraería un 25% el PIB, se produciría una "fuga de capitales salvaje". Y para contener tal salida, habría que restringir el acceso a los depósitos, es decir, un corralito. Lo mismo opina el profesor García Romero.Y es que nuestra marcha del euro, explica, iría acompañada de una fuga de capitales en busca de divisas más fuertes. ¿Cómo evitarlo? "Con un corralito", sentencia. RubénManso, de Mansolivar & IAX, matiza que la fuga de capitales se produciría "antes de nuestra salida del euro" y añade un dato: "Ya hay quien baraja esa posibilidad".
Sin obviar la "ruptura de relaciones dentro de la Unión". "Es convertirte en un paria durante unos 25 años", avisa Fernando Fernández. De modo que el abandono de la divisa única "no es una alternativa", sino "un suicidio", tanto si nos lo imponen como si lo decidimos.
Para Fernando Fernández la salida de España del euro supondría la ruptura de la divisa única, porque también se expulsaría a Italia. Así, "contagiaríamos a Francia y Alemania", vaticina. El profesor Méndez Ibisate no contempla este escenario de salida del euro. "Sería un pequeño desastre", expresa. Y es que "sin duda, nos tendríamos que empobrecer muchísimo más". Desde IG Markets, Daniel Pingarrón no olvida que la fragmentación del euro generaría más desempleo y encarecería nuestra factura energética, pues somos dependientes en esta materia.
Fernando P. Méndez, miembro del Consejo Editorial de elEconomista, reconoce que habría más inflación, pero hace una reflexión: "Entre el paro y la inflación es mejor la inflación".
ESCENARIOS PREVIOS
Para el profesor del IESE José Ramón Pin Arboledas, la salida del euro "sería un desastre para el proyecto europeo". "No es pensable", sentencia. Manso se dice incapaz de "imaginarse tal situación"¿La solución? Pedir a Draghi que sea capaz de sostener los mercados. "El BCE tiene que mantener la estabilidad del euro", recuerda Pin Arboledas.
En la misma línea se expresa Bernaldo de Quirós, quien cree que es necesario que el BCE funcione como prestamista de última instancia y lamenta que "la irracionalidad" germana se esté oponiendo a que la autoridad monetaria lo lleve a cabo, algo "insostenible". Sin embargo, Ibisate alerta de que "las inyecciones de liquidez del BCE son soluciones momentáneas, no estructurales".
Para Fernando P. Méndez nuestros dirigentes tienen la obligación de "analizar todos los escenarios posibles" y la salida del euro es uno de ellos.
Antes de llegar a plantear la posibilida de abandonar el proyecto monetario, los expertos hablan de otras opciones, como la suspensión de pagos o la intervención. Aunque para el presidente de Freemarket, la intervención es inaceptable en términos políticos y económicos.
Además, Bernaldo de Quirós habla de las nefastas experiencias de las intervenciones anteriores: "Hunden la economía y se ven sucedidas por nuevas intervenciones", explica. Tampoco hay que obviar que si se interviniera a España se "transmitiría la idea de que da lo mismo que el Gobierno lo haga bien o mal". Los profesores García Romero y Méndez Ibisate creen que a los mercados se les calmaría con más reformas. Para el primero, los PGE "no son suficientemente restrictivos" a la vista de la reacción de los mercados. "Hay que evitar que la deuda siga creciendo y rebajar el gasto público", amén de otras medidas como "tocar el IVA".
Ibisate incide en otro punto: las elecciones andaluzas. Su resultado pone en duda que el Estado vaya a embridar a las comunidades. "Los comicios hacen pensar a los inversores que no está claro que vayamos a cambiar nuestra estructura".
Periódico Digital El Economista