DEMASIADO ESCOTE
Los aeropuertos son un epicentro de conflictos durante las vacaciones. Al margen de los problemas ya mencionados, puede ocurrir que la compañía deniegue al pasajero el acceso al avión. Así le ocurrió a una mujer que viajaba de Málaga hasta Londres y a la que no dejaron embarcar por llevar una blusa “demasiado transparente y escotada”. Tras las quejas de algunos pasajeros, y pese a que la afectada se puso un jersey, la compañía resolvió dejarla en tierra porque el atuendo “no cumplía con sus códigos éticos”.
DEMASIADO EMBARAZADA
Un caso similar fue el de una embaraza de 31 semanas a la que impidieron embarcar cuando volvía de un viaje con su marido dirección Marrakech-Madrid. A pesar de que la mujer presentaba un certificado médico que acreditaba que estaba en condiciones para volar, y que en la ida, con la misma compañía, no se le había puesto ningún problema, no le dejaron subir al avión. El juzgado que estudió el caso dio la razón a la pareja y fijó la indemnización conjunta de 620 euros. Además, desestimó el argumento de la aerolínea, que negaba la compensación al hombre porque este “podría haber cogido el vuelo sin problemas”. Para el juez, pretender que un marido deje a su mujer embarazada de 31 semanas sola en un país extranjero “atenta contra la lógica y el sentido común”.
SILLA “A LA FRESCA”
Una costumbre extendida en muchas localidades es, cuando llega el calor, sacar las sillas a la calle y reunirse con los vecinos a la fresca. No obstante, y en contra de lo que pueda parecer, se trata de una actividad que en algunos municipios está estrictamente regulada y, su incumplimiento, puede acarrear cuantiosas sanciones.
Así, en Barcelona, la multa por utilizar de forma impropia los espacios públicos “de modo que impida o dificulte el uso y disfrute de los usuarios” asciende a los 500 euros. Por su parte, en Madrid, instalar “elementos estables en el espacio público” se multa con hasta 750 euros.
Por el contrario, otros municipios permiten a sus residentes sacar las sillas porque lo consideran una “tradición histórica”. Es el caso de Cullera (Valencia), donde el ayuntamiento permite ocupar no solo aceras (teniendo además las sillas preferencia sobre los peatones) sino también la calzada “siempre que el tráfico de vehículos sea escaso y no se interfiera su conducción”.
MULTAS EN LA PLAYA
Este verano, los bañistas tendrán que poner especial cuidado en las playas, ya que las actividades más inocentes pueden acabar en multa. Así, por ejemplo, en Mogán (Gran Canaria) una ordenanza municipal prevé sanciones por fumar que pueden llegar a los 450€, y que alcanzan los 1.800€ si después se arroja la colilla a la arena.
Por su parte, San Pedro del Pinatar (Murcia) aprobó en 2017 una ordenanza en la que impone multas desde los 750 euros por jugar a las palas en la arena, guardar sitio a primera hora de la mañana e incluso orinar en el mar. La normativa municipal, sin embargo, no especifica qué método de investigación seguirá la policía para probar que se ha cometido esta infracción.
NUEVAS ESTAFAS
Las plataformas de alquiler de vivienda colaborativa como Airbnb han hecho posible viajar a un precio mucho más asequible, pero también han abierto la puerta a otras formas de estafa cada vez más creativas. Ese fue el caso de un informático portorriqueño que fue a pasar unos días a Berlín, alojándose a través de app. Al poco rato de llegar, un hombre se presentó en la casa, se identificó como el propietario y le preguntó qué estaba haciendo allí. Resultó que la persona con la que había pactado la estancia era el inquilino, llevaba 4 meses sin pagar el alquiler y pretendía conseguir dinero ofreciendo su habitación a través de la plataforma.
Periódico Digital Cinco Días